Sobre mí...

Jordi Torres

Jordi Torres Mayor

Por mi historia vital, me he hecho un experto en separación y en volver a uno mismo. Con los años he entendido que todo el tiempo que he estado alejado de mí mismo, no solo era parte del camino, sino que también ha sido el hecho que ha generado en mí, el deseo de volver a ser yo mismo. Agradezco a los seres maravillosos que me han iluminado el camino de vuelta y deseo poder hacer lo mismo con quien desee iniciar este camino de retorno a uno mismo.

El origen de la separación

En ocasiones la vida genera situaciones cuando no se pueden digerir y quedan escondidas dentro de nuestro cuerpo en forma de memorias esperando ser reconocidas. En mi caso, la situación dolorosa fue justo al principio; al nacer, mi madre y yo casi morimos y luego estuve aislado un mes en una incubadora sin ningún contacto ni con mi madre, ni con mi padre. La interrupción del flujo amoroso y la cercanía a la muerte de los dos, quedaron grabadas en mis células.

Sin saberlo, me puse una máscara de “buen niño” que creí ser, y hacía todo lo que se esperaba de mi para no enfadar a los padres; no fuera que se volviera a cortar el flujo amoroso y conectara con el dolor del que inconscientemente estaba huyendo. Así que me monté una férrea coraza bioenergética, que me ha protegido de sentir el dolor de la herida durante muchos años, pero que también me ha separado de mi parte más esencial y de los demás.

Alejamiento máximo de quien soy

Sin que nadie me lo hubiera dicho, tenía la creencia que para ser alguien y ganarme la vida, debía hacer una carrera, así que hice la carrera de veterinaria sin que realmente me apasionara y me volqué en el trabajo de veterinario de granja, de forma productiva y enajenadora durante 7 años. Después ya me acerqué a nivel laboral un poco más a mis deseos reales. Descubrí que me gustaban más las personas que los animales, así que me pase al mundo de la docencia. Estudié Educación Especial y trabajé de profesor de Biología en la educación secundaria durante 10 años.

Volviendo al plano más personal, sin saberlo, me he pasado la vida alejado de mí mismo y “buscando” a mi madre en los demás, especialmente en las parejas. Por un lado “necesitaba” el vínculo para sentir el amor que yo no era capaz de darme y por otra “necesitaba” huir porque para evitar el abandono, me alejaba de mí mismo para ser quien la otra persona quería y me convertía en esclavo de mi miedo, era como si desapareciera. Esta ambivalencia me generó interminables guerras internas y externamente se manifestó repitiendo varias veces y con distintas personas, el ciclo de enamoramiento, miedo y huida.

Mis estrategias principales para evitar el dolor real, han sido sobretodo el victimismo y el exilio a un mundo imaginario perfecto en el que si podía manipular la realidad a mi antojo. Lógicamente, no era feliz, así que empecé a buscar respuestas en los libros de autoayuda y en la psicología clásica. Realmente fue un primer acercamiento a mí, pero solamente a nivel mental. Creía haber dado con la piedra filosofal; incluso con soberbia, aconsejaba a amigos, pero al fin y al cabo seguía actuando igual.

El inicio del acercamiento, etapa de humanización

El abuso del uso de la mente hizo que deseara volver al cuerpo y a la emoción. Dos semanas después conocí a Ferran Pascual, que junto con David Garuda, Esther Ballber y Vicen Montserrat, han sido mis maestros y compañeros de viaje, acompañándome e iluminándome el camino de vuelta al corazón que ellos ya habían recorrido. Hice una formación vivencial de Terapia Bioenergética de 4 años en el Centro Mayéutika de Barcelona y después acompañé durante 3 años más a la última promoción que hizo esta formación. 

La bioenergética fue mi toma de tierra, fue la herramienta que me hizo volver a respirar y volver a la vida, me hizo de nuevo humano, me aflojó la coraza y despertó en mí un deseo que siempre había estado escondido detrás de los deseos del personaje, el deseo de trascendencia, de espiritualidad, de saber quién soy realmente y de conocer el propósito de vida.

Vuelta a la vida, etapa de profundización

A partir de aquí, empecé lo que yo llamo la etapa de profundización en la que emprendí un camino espiritual a través de la Kábala, el Taoísmo y la Medicina China, que me han ido guiando cada vez más a mi alma y me han ayudado a conectar con mis deseos reales y con mi potencial.

Se despertó además en mí el deseo de recibir para poder dar, y así fue como a través de la Bioenergética, empecé a iluminar yo también la parte del camino que yo ya había hecho, a otras personas que como yo unos años antes, tenían (y de hecho tienen), el deseo de volver a ser ellas mismas. Y más que nunca, continua siendo mi deseo y mi pasión el poder compartir esta herramienta que a mí me ha servido para volver a la vida, con quién lo sienta.          

Al cabo de los años me he dado cuenta de que detrás de todo, había un plan más profundo. Todo lo que durante años he vivido desde el victimismo, ha cobrado sentido. Mi nacimiento fue la semilla de la separación, del alejamiento de mí mismo, que a su vez ha sido la semilla del deseo de volver a mí. Me he hecho un experto en separación y dualidad, pero a la vez en volver a uno mismo. Y ahora, compartirlo contigo o con quien lo desee, da cada vez más sentido a todo lo vivido.

No soy una víctima de la vida, al contrario, soy muy afortunado porque cuando he tenido un cuerpo que lo ha podido sustentar, he comprobado que detrás de la profunda herida de abandono, estaba la vida esperándome para que la semilla de mi alma brotara con todo su potencial.

Finalmente, también he comprobado que la vida es tan generosa, que todo lo que en ella se manifiesta se ordena en base a los deseos que tenemos, por eso te pregunto, ¿Deseas volver a ser tú mismo/a?